Los 7 pueblos más encantadores de la Toscana
Es una región italiana que ofrece arquitectura, paisajes, gastronomía y muy buenos vinos. Entre la Edad Media y el Renacimiento, está plagada de pueblitos tan o más encantadores que las mismísimas Siena y Florencia.
La Toscana es sinónimo de historia, arte y patrimonio cultural. Colinas, islas, acantilados… El paso del tiempo y las costumbres de la época se hacen presente a cada paso en esta magnífica zona de Italia que fue escenario de películas, inspiración para escritores, cuna de grandes pintores y que recibe miles y miles de visitantes durante las cuatro estaciones del año.
Cipreses y colinas hacen al paisaje de esta región de La Toscana que engloba lo más típico de la zona. Su historia habla de los anhelos del papa Piccolomini que en el siglo XV se puso como objetivo convertir aquella minúscula aldea de montaña en una gran ciudad renacentista. Gracias a su impulso, las calles conducen a una plaza principal signada por las ferias de artesanías y las delicias gastronómicas. Tiene un Duomo imperdible y un punto privilegiado para ver el Valle di Orcia.
En las proximidades de Siena, es uno de los clásicos medievales de la región. Está en el valle de Elsa y se levanta sobre una colina de 324 metros sobre el nivel del mar. Tiene grandes obras arquitectónicas como la Collegiata, la catedral del siglo XII –con frescos renacentistas–, el Palazzo del Popolo del siglo XIII y la iglesia de San Agostino. Con características de fuerte, ostenta 14 torres cuadrangulares que la enmarcan.
En la provincia de Arezzo, se levanta sobre una antigua ciudadela que habla de la arquitectura y forma de vida durante el imperio romano. Calles empinadas y angostas, con puertas bellísimas y balcones adornados. Son imperdibles como joyas del Medioevo, el monasterio de San Bartoleo y la iglesia de la Badia. Además cuenta con grandes palacios renacentistas que tienen patios dónde se puede comer muy bien.
Remite a los antiguos asentamientos etruscos, fundado en el siglo V A.C. y es de los pocos en la zona. Las mejores vistas de las colinas y viñedos de Val di Chiana –así se denomina al valle que atraviesa a la región– se obtienen desde las calles más altas del pueblo.
Adoquines, arcos y casas de piedra para este poblado etrusco que con los años fue residencia de las familias Aldobrandeschi y Orsin. Tiene un acueducto impactante y dos plazas bellísimas, conectadas entre sí: Petruccioli y Garibaldi. Uno de los must es recorrer el barrio Piccola Gerusalemme, antiguo gueto de la comunidad judía en el siglo XVI. Data de cuando el papa Pío IV los expulsó de Roma.
Al sur de Siena, sus vinos son el principal atractivo. Alrededor de la Piazza Grande reúne los edificios públicos más característicos, como el ayuntamiento que es de estilo gótico y tiene una torre elevada con vistas sobre el valle. Para no perderse nada hay que recorrer la Catedral, la iglesia de San Agostino y el santuario de la Madonna del Biagio.
Otra que tiene buenos vinos, se levanta entre el monte Amiata y el mar, a 45 kilómetros de la ciudad de Siena. Data del siglo XII, tiene un imponente trazado medieval y caminar por sus callecitas es uno de los grandes placeres. El palacio San Egidio merece estar en la lista de los más lindos de la región.
La Toscana es sinónimo de historia, arte y patrimonio cultural. Colinas, islas, acantilados… El paso del tiempo y las costumbres de la época se hacen presente a cada paso en esta magnífica zona de Italia que fue escenario de películas, inspiración para escritores, cuna de grandes pintores y que recibe miles y miles de visitantes durante las cuatro estaciones del año.
Pienza
Cipreses y colinas hacen al paisaje de esta región de La Toscana que engloba lo más típico de la zona. Su historia habla de los anhelos del papa Piccolomini que en el siglo XV se puso como objetivo convertir aquella minúscula aldea de montaña en una gran ciudad renacentista. Gracias a su impulso, las calles conducen a una plaza principal signada por las ferias de artesanías y las delicias gastronómicas. Tiene un Duomo imperdible y un punto privilegiado para ver el Valle di Orcia.
San Gimignano
En las proximidades de Siena, es uno de los clásicos medievales de la región. Está en el valle de Elsa y se levanta sobre una colina de 324 metros sobre el nivel del mar. Tiene grandes obras arquitectónicas como la Collegiata, la catedral del siglo XII –con frescos renacentistas–, el Palazzo del Popolo del siglo XIII y la iglesia de San Agostino. Con características de fuerte, ostenta 14 torres cuadrangulares que la enmarcan.
Anghiari
En la provincia de Arezzo, se levanta sobre una antigua ciudadela que habla de la arquitectura y forma de vida durante el imperio romano. Calles empinadas y angostas, con puertas bellísimas y balcones adornados. Son imperdibles como joyas del Medioevo, el monasterio de San Bartoleo y la iglesia de la Badia. Además cuenta con grandes palacios renacentistas que tienen patios dónde se puede comer muy bien.
Cortona
Remite a los antiguos asentamientos etruscos, fundado en el siglo V A.C. y es de los pocos en la zona. Las mejores vistas de las colinas y viñedos de Val di Chiana –así se denomina al valle que atraviesa a la región– se obtienen desde las calles más altas del pueblo.
Pitigliano
Adoquines, arcos y casas de piedra para este poblado etrusco que con los años fue residencia de las familias Aldobrandeschi y Orsin. Tiene un acueducto impactante y dos plazas bellísimas, conectadas entre sí: Petruccioli y Garibaldi. Uno de los must es recorrer el barrio Piccola Gerusalemme, antiguo gueto de la comunidad judía en el siglo XVI. Data de cuando el papa Pío IV los expulsó de Roma.
Montepulciano
Al sur de Siena, sus vinos son el principal atractivo. Alrededor de la Piazza Grande reúne los edificios públicos más característicos, como el ayuntamiento que es de estilo gótico y tiene una torre elevada con vistas sobre el valle. Para no perderse nada hay que recorrer la Catedral, la iglesia de San Agostino y el santuario de la Madonna del Biagio.
Montalcino
Otra que tiene buenos vinos, se levanta entre el monte Amiata y el mar, a 45 kilómetros de la ciudad de Siena. Data del siglo XII, tiene un imponente trazado medieval y caminar por sus callecitas es uno de los grandes placeres. El palacio San Egidio merece estar en la lista de los más lindos de la región.
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