Masterchef Celebrity: El Polaco hizo trampa con la complicidad de Claudia Villafañe
Los desafíos en MasterChef Celebrity cada vez son más difíciles y las reglas cambian a la misma velocidad que los delantales, la incertidumbre tiene a los sobrevivientes del reality con los pelos de punta, y la vara del jurado tampoco invita a la calma.
En ese clima entre vertiginoso y caótico El Polaco cayó en su propia trampa, y merced a una avivada a partir de un cambio de reglas que no había escuchado, se llevó el oprobio de la noche, junto a un pase directo al jueves de última chance.
Todo venía más o menos encaminado en una noche de carnes poco comunes. Al cantante le había tocado lidiar con un lomo de ciervo, que preparó con panceta, salsa de champignones y boniato. Hasta ahí, perfecto. El problema vino cuando un cambio intempestivo de las reglas (algo que se ha vuelto moneda corriente en el programa) lo llevó a agregar sí o sí el contenido de una caja misteriosa consistente en espárragos, remolacha y demás verduras.
El Polaco incorporó todo menos la remolacha. Y segundos antes de presentar el resultado, consciente de su error, le pidió un poco de la verdura a Claudia Villafañe. "De corazón, no me imaginé que estaba haciendo una trampa porque no soy así en ningún aspecto de mi vida. Pero viéndolo ahora, después de la prueba, me doy cuenta de que soy cómplice de lo que él hizo. Y no está bueno", reflexionó la participante.
En resumidas cuentas, la decisión del jurado fue mandar al músico directo la noche de los peores, sin siquiera darle una devolución del plato y, de paso, marcando y remarcando lo grave de su conducta.
Y allí fue cuando volvió a aparecer esa doble vara, tan rígida para algunos como laxa para otros, a los que se les perdonan errores mucho más groseros. Una contradicción que ha marcado a esta edición de MasterChef como a ninguna otra en el devenir de los años al aire.
En ese clima entre vertiginoso y caótico El Polaco cayó en su propia trampa, y merced a una avivada a partir de un cambio de reglas que no había escuchado, se llevó el oprobio de la noche, junto a un pase directo al jueves de última chance.
Todo venía más o menos encaminado en una noche de carnes poco comunes. Al cantante le había tocado lidiar con un lomo de ciervo, que preparó con panceta, salsa de champignones y boniato. Hasta ahí, perfecto. El problema vino cuando un cambio intempestivo de las reglas (algo que se ha vuelto moneda corriente en el programa) lo llevó a agregar sí o sí el contenido de una caja misteriosa consistente en espárragos, remolacha y demás verduras.
El Polaco incorporó todo menos la remolacha. Y segundos antes de presentar el resultado, consciente de su error, le pidió un poco de la verdura a Claudia Villafañe. "De corazón, no me imaginé que estaba haciendo una trampa porque no soy así en ningún aspecto de mi vida. Pero viéndolo ahora, después de la prueba, me doy cuenta de que soy cómplice de lo que él hizo. Y no está bueno", reflexionó la participante.
En resumidas cuentas, la decisión del jurado fue mandar al músico directo la noche de los peores, sin siquiera darle una devolución del plato y, de paso, marcando y remarcando lo grave de su conducta.
Y allí fue cuando volvió a aparecer esa doble vara, tan rígida para algunos como laxa para otros, a los que se les perdonan errores mucho más groseros. Una contradicción que ha marcado a esta edición de MasterChef como a ninguna otra en el devenir de los años al aire.
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