De la mano de Robertino Pezzota, el squash argentino volvió a ganar un medalla
Se la había asegurado tras vencer al mexicano Arturo Salazar, top 30, y clasificarse a las semifinales de la competencia individual masculina de squash. Y aunque no pudo llegar a la final, Robertino Pezzota no puede no estar feliz: por él Argentina obtuvo su primera medalla en los Juegos Panamericanos de Lima y el squash volvió a sumar una en esta especialidad, algo que no sucedía desde Winnipeg 1999.
"Es un premio al reconocimiento. Por todo el esfuerzo que hice durante toda mi carrera. Creo que es lo más importante que gané. Gané muchos títulos y un panamericano de squash pero esta medalla no me la olvido más", afirma el rosarino todavía exhausto.
"Estoy muy contento por el partido que jugué y pensé que iba a ser mayor la diferencia a favor de él porque está acostumbrado a jugar torneos grandes en los que a mí me cuesta participar", agrega.
El partido se definió 3-1 a favor del colombiano, con parciales 11-9, 16-14, 11-6 y 11-7. En el segundo game, el argentino tuvo cuatro game balls. "No los pude aprovechar por mala suerte y porque él no se rinde nunca. Si lo ganaba, igualmente, se me iba a complicar porque sentí el cansancio después de los otros partidos y del dobles. Pero estoy muy feliz por la medalla y también porque después de cinco Juegos Panamericanos logré una medalla individual, una medalla que no estaba pensada porque vinimos acá a conseguir una medalla en el dobles, donde quedó un sabor malo de no ganar la de oro", analiza.
"Lo disfruté pero como les dije a mis entrenadores lo quería disfrutar consciente de querer ganar y pelear el partido, porque muchas veces me ha tocado perder 3-2 pero mucho más relajado, sin que me importara perder y te queda la sensación de que podías un poco más. Pero en este partido dejé todo y jugué a conciencia todos los puntos, muy enfocado como cualquier otro partido. Y esto me anima a jugarle de igual a igual a cualquiera", profundiza.
La medalla individual en el squash argentino, un deporte acostumbrado en el pasado a darle títulos al país, llegó después de mucho esperarlo. En Winnipeg 1999 se habían ganado las últimas, con la plata de Jorge Gutiérrez y el bronce de Federico Usandizaga. Y Robertino Pezzota, pese a ser el mejor del país, no había podido conseguirlo hasta ahora.
"Se necesita más apoyo económico. Es muy difícil jugar todos los torneos, sobre todo porque los que te permiten sumar más puntos se hacen en lugares como Hong Kong o Catar. Y cuando me fijo cuánto sale un pasaje está 60 mil pesos. Pero debería animarme porque esos torneos reparten plata y podría recuperar el dinero o devolver plata. Tendría que buscar algo así porque ya estoy finalizando mi carrera. Sería más cómodo quedarme en mi casa y entrenar pero es el sueño que tengo para estar dentro de los 30 o 40 mejores del mundo", resalta.
"Es un premio al reconocimiento. Por todo el esfuerzo que hice durante toda mi carrera. Creo que es lo más importante que gané. Gané muchos títulos y un panamericano de squash pero esta medalla no me la olvido más", afirma el rosarino todavía exhausto.
"Estoy muy contento por el partido que jugué y pensé que iba a ser mayor la diferencia a favor de él porque está acostumbrado a jugar torneos grandes en los que a mí me cuesta participar", agrega.
El partido se definió 3-1 a favor del colombiano, con parciales 11-9, 16-14, 11-6 y 11-7. En el segundo game, el argentino tuvo cuatro game balls. "No los pude aprovechar por mala suerte y porque él no se rinde nunca. Si lo ganaba, igualmente, se me iba a complicar porque sentí el cansancio después de los otros partidos y del dobles. Pero estoy muy feliz por la medalla y también porque después de cinco Juegos Panamericanos logré una medalla individual, una medalla que no estaba pensada porque vinimos acá a conseguir una medalla en el dobles, donde quedó un sabor malo de no ganar la de oro", analiza.
"Lo disfruté pero como les dije a mis entrenadores lo quería disfrutar consciente de querer ganar y pelear el partido, porque muchas veces me ha tocado perder 3-2 pero mucho más relajado, sin que me importara perder y te queda la sensación de que podías un poco más. Pero en este partido dejé todo y jugué a conciencia todos los puntos, muy enfocado como cualquier otro partido. Y esto me anima a jugarle de igual a igual a cualquiera", profundiza.
La medalla individual en el squash argentino, un deporte acostumbrado en el pasado a darle títulos al país, llegó después de mucho esperarlo. En Winnipeg 1999 se habían ganado las últimas, con la plata de Jorge Gutiérrez y el bronce de Federico Usandizaga. Y Robertino Pezzota, pese a ser el mejor del país, no había podido conseguirlo hasta ahora.
"Se necesita más apoyo económico. Es muy difícil jugar todos los torneos, sobre todo porque los que te permiten sumar más puntos se hacen en lugares como Hong Kong o Catar. Y cuando me fijo cuánto sale un pasaje está 60 mil pesos. Pero debería animarme porque esos torneos reparten plata y podría recuperar el dinero o devolver plata. Tendría que buscar algo así porque ya estoy finalizando mi carrera. Sería más cómodo quedarme en mi casa y entrenar pero es el sueño que tengo para estar dentro de los 30 o 40 mejores del mundo", resalta.
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